La bronquiolitis llegó para quedarse

 



La bronquiolitis llegó para quedarse... al menos hasta la primavera. Es decir, hasta que termine la primavera, más o menos.

Pega en el niño casi siempre menor de dos años que empieza con una gripita normal y luego con tos, pero se ve bien. A veces ni fiebre hay o es leve, pero luego de dos o tres días no mejora. La tos aumenta y empieza a tener problemas para respirar.
Si observas que:
* Respira más rápido y el abdomen se le mueve hacia arriba y hacia abajo.
* Se le hunde el pecho debajo de las costillas o estas se marcan al respirar, y se hunde el huequito del cuello sobre el esternón.
* Su nariz se ve ensanchada o aletea.
* Está muy inquieto, "anda muy necio", me dicen.
* Está somnoliento, "no se quiere despertar".
* No quiere comer, o come muy poco.
* Y si ves una tonalidad azulada en su boca o alrededor de sus labios, ya te tardaste. Hay que llevarlo de inmediato a atender.
Un consejo valioso: ahorita que el bodoque está sanito y que anda como sin nada, quítale la ropa y observa bien como respira. Ve su nariz, su cuello, fíjate bien en como se mueve su pecho y su pancita al respirar. Observa y grábatelo bien. Así te darás cuenta a tiempo.
Conoce a tu bebé en salud y detectarás la enfermedad.
La bronquiolitis es por un virus. No se cura con antibióticos.
Se contagia como la gripa, igual. Así que ponte alerta si el niño va a guardería.
Ni se te ocurra fumar y evita el humo de segunda y de tercera mano.
No lo lleves a lugares cerrados en donde haya mucha gente.
Aléjalo de cualquier persona "gripienta" o mocosa, no le hace si es la abuela o tu tía Gertrudis.
La mayoría de las bronquiolitis se resuelven en casa. Pero no todas, algunas requerirán hospital. Sigue las indicaciones de tu pediatra.
Es muy importante mantener al niño muy bien hidratado, de modo que en caso de bronquiolitis la leche materna es la maravilla de maravillas.
Otra razón para prolongar la lactancia materna.
Estén atentos y todo irá bien.
¡Saludos!

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