Te digo que sí come...
Parece que no, pero sí come.
Tomasito debe comer mucho menos que un adulto o que un adolescente, porque si tiene tres, siete o diez años de edad, por ejemplo, sus requerimientos calóricos son mucho menores que los tuyos.
No fuerces al niño a comer. Confía en su apetito porque es un maravilloso mecanismo regulador, mientras no se trate de comida procesada.
Si le sirves alimentos naturales: frutas, verduras, legumbres, cereales, huevo carne y lácteos naturales (sin azúcar ni saborizantes) puedes tener la certeza de que comerá justo lo que necesite.
No se aplica para los cereales de caja o las galletas, esos traen "truco".
Limita la leche entera, eso sí, a no más de medio litro al día, máximo 600 mililitros si tiene complejo de becerro; ponle enfrente una dieta balanceada y te aseguro que cuando llegues a consulta con el pediatra tu niño estará muy bien de peso y talla.
Para de estresarte y de estresar al niño.
Huye como del diablo de los suplementos líquidos que prometen nutrirlo con una botellita que termina en "sure". No uses estimulantes del apetito, ni vitaminas de farmacia.
¡Ah! tampoco necesitas estarle dando prebióticos todo el tiempo. Son para situaciones especiales nada más. Todos los pre y los probióticos que necesita tu niño están en una dieta balanceada. Te aseguro que valen más unos frijoles negros y unas tortillas de maíz que cualquier producto de farmacia.
Si das yogurt, que sea sin azúcar. No caigas con las botellitas de plástico esas que ofrecen lactobacilos. Son pura azúcar.
Te insisto: forzar al niño a comer no sirve de nada.
¿Y si el niño come como león hambriento?
Igual... si son alimentos naturales, no procesados y le das una dieta balanceada no comerá de más. Pero si le das pizza estarás en problemas.
¡Provecho!
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